La degradación de los suelos y los cambios en el uso del territorio son dos de los principales desafíos ambientales actuales. Procesos como la erosión, la deforestación, la pérdida de materia orgánica o la expansión urbana no solo disminuyen la capacidad de los ecosistemas para almacenar carbono, sino que también impactan la biodiversidad y los servicios ambientales que sostienen la vida humana. Frente a esta situación, la teledetección y cambio de uso de suelo se han consolidado como herramientas clave para comprender, monitorear y gestionar de manera sostenible los ecosistemas.
Las investigaciones han demostrado que los sensores satelitales, como Landsat, SPOT, MODIS o Envisat, permiten detectar fenómenos como contaminación, incendios forestales, pérdida de cobertura vegetal, salinización y cambios en la humedad del suelo (Pérez González & García Rodríguez, 2013). Mediante indicadores como el NDVI y los análisis multitemporales, es posible observar la pérdida de vegetación, evaluar la regeneración natural y seguir la dinámica de los ecosistemas a lo largo del tiempo.
Del mismo modo, los métodos espaciales aplicados al estudio del crecimiento urbano, como la comparación de mapas, la post-clasificación o la modelación multicriterio, ayudan a comprender cómo se transforma el uso del suelo y cuáles son sus impactos sobre el entorno. Estos enfoques ofrecen información confiable para la planificación territorial y la toma de decisiones orientadas hacia la sostenibilidad (Jiménez-Moreno et al., 2011).
La aplicación en los proyectos de BIO1
En BIO1 integramos estas herramientas de teledetección en el diseño y seguimiento de nuestros proyectos de compensación de carbono. Su aplicación nos permite:
- Medir con mayor exactitud las emisiones evitadas y las remociones de carbono en proyectos de conservación de bosques, páramos y turberas.
- Monitorear el avance de programas de reforestación y restauración ecológica, asegurando que las áreas intervenidas mantengan su estabilidad a largo plazo.
- Validar la permanencia de los ecosistemas frente a presiones como la agricultura o el crecimiento urbano, requisito fundamental en los estándares internacionales de carbono.
- Diseñar planes de compensación basados en evidencia científica, fortaleciendo la transparencia y la credibilidad de nuestras iniciativas.
La integración de tecnologías espaciales en nuestros proyectos no solo garantiza rigor técnico en la medición de carbono, sino que también asegura que las soluciones propuestas generen beneficios ambientales, sociales y económicos en los territorios donde trabajamos.
En BIO1 creemos que cada imagen satelital es más que un registro: es una herramienta para proteger ecosistemas estratégicos y contribuir activamente a la lucha contra el cambio climático.

