El Protocolo de Gases de Efecto Invernadero (GHG Protocol) se ha consolidado como la guía internacional más utilizada para medir, reportar y gestionar las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). 

Nació en la década de 1990 con la misión de establecer un marco claro y confiable que permita a gobiernos, empresas, ONG y asociaciones industriales hablar el mismo idioma en términos de sostenibilidad. Su objetivo principal es ayudar a las organizaciones a comprender y reducir su huella de carbono, aportando transparencia y un método estandarizado que impulsa la acción climática. 

Los tres tipos de alcance clave 

El GHG Protocol clasifica las emisiones en tres categorías principales para una contabilidad clara: 

  • Alcance 1 (Emisiones directas): Son las emisiones generadas directamente por la organización, como las que provienen de los vehículos de la empresa o de la quema de combustible en sus instalaciones. 
  • Alcance 2 (Emisiones indirectas por energía): Son las emisiones vinculadas al consumo de energía comprada, como la electricidad, el vapor o la calefacción. Aunque se producen fuera de las instalaciones, están directamente relacionadas con el consumo de la empresa. 
  • Alcance 3 (Todas las demás emisiones indirectas): Esta es la categoría más amplia, que incluye todas las emisiones indirectas de la cadena de valor que no están bajo el control de la empresa. Aquí se consideran aspectos como los viajes de negocios, el transporte de productos, los bienes y servicios adquiridos, y el uso final de los productos vendidos. 
La hoja de ruta del Protocolo GHG para la medición 

El Protocolo ofrece una metodología paso a paso para que las empresas puedan calcular sus emisiones de manera precisa. El proceso es sencillo: 

  1. Define tu alcance: Establece los límites de tu organización y de tus operaciones para la medición. 
  1. Identifica las fuentes: Haz un listado de todas las fuentes de emisiones relevantes dentro de los límites definidos. 
  1. Recopila los datos: Junta la información sobre la cantidad de actividad que genera emisiones (por ejemplo, cuánta gasolina consumes o cuánta electricidad utilizas). 
  1. Aplica los factores de emisión: Usa los factores de emisión correctos para convertir tus datos de actividad en emisiones reales. 
  1. Calcula el total: Suma las emisiones de todas las fuentes para obtener tu huella de carbono total. 
Beneficios clave de implementar el Protocolo GHG en tu negocio 

Adoptar el Protocolo GHG no solo es una cuestión de responsabilidad ambiental, sino que también ofrece ventajas competitivas: 

  • Credibilidad y confianza: Un inventario de emisiones basado en un estándar global aumenta tu credibilidad frente a clientes e inversores, además de facilitar la comparación con otras empresas del sector. 
  • Mejor toma de decisiones: Medir con precisión tus emisiones te ayuda a identificar las áreas donde puedes ser más eficiente y priorizar las iniciativas de reducción más efectivas. 
  • Acceso a mercados y financiamiento: La transparencia en materia de sostenibilidad es un factor cada vez más valorado por los consumidores y los inversores. Al reportar tus emisiones, te posicionas mejor para acceder a nuevos mercados y conseguir financiamiento. 

El Protocolo de GEI es una herramienta indispensable en el camino hacia la sostenibilidad. Al implementarlo, tu empresa no solo cumple con las regulaciones, sino que también demuestra un liderazgo claro en la acción climática.